viernes, diciembre 15, 2006

Si no hemos potenciado de alguna manera previa esa función preciosa que permite conectar con lo que es en cada momento, nos perdemos en la densa oscuridad de la inconsciencia y nos sentimos confusos y en conflicto, aquí y allá.

Aunque constantemente aprendemos, acumulamos información y saberes, acabamos la existencia sin haber aprendido, ni sabido vivir. No hemos desarrollado la sabiduría de aprender a olvidar, a desprendernos, a aceptar las pérdidas, a soltar hábitos, conductas, para recuperar frescura y vitalidad. Oportunidades muchas para llegar a la muerte más preparados para afrontar la solidez y desnudez suprema.

Ejercitar la atención puede significar ver lo agradable y desagradable sin reaccionar automáticamente, apegándote a lo grato y huyendo de lo ingrato, todo por igual. Ante cualquier acto, vívelo sin etiquetas ni juicios (al abrazar puedes perderte lo bello del acto si piensas es fuerte, agresivo, tierno, me ahogo, me gusta... estos pensamientos impiden la fusión)

Según la filosofía existencial de Heidegger, lo que sucede realmente al morir es que alcanzamos el verdadero yo. Morir es dejar de Existir para llegar a Ser.

¿Qué nos aguarda si estamos atentos, quizás la vida, quizás lo que realmente somos...?

Sin firma. Extraído de:
http://ultimotabu.iespana.es/editorial6.htm

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